Antes de irme...antes de dejar el mundo, de dejarlo todo, de dejar libre a mi corazón, tengo que hacer dos cosas enormes: tengo que perdonar y tengo que pedir perdón.
Como duele ¿no?, como duele el no poder volver en el tiempo atrás y cambiar las cosas que sucedieron. Pero es que si pudiéramos hacerlo la vida no tendría ningún sentido.
Por eso tenemos que aprender de los errores, tenemos que saber pedir perdón y perdonar.
Yo, esta mañana, al despertarme, he entendido todo, tengo que perdonar que todas esas promesas que me hizo no se hayan hecho realidad. Tengo que perdonárselo porque si no, no le voy a dejar ir de mi vida. Tengo que perdonarle que el te amo por siempre, ya no sea para siempre, y por supuesto, tengo que pedir perdón, por todos los juntos para siempre que le susurre al oído tantas noches y tantos días, tengo que pedir perdón por todos los : hasta en la eternidad mi amor.
Y sobre todo, por encima de todas estas cosas, tengo que perdonarme, perdonarme a mi misma por no haber podido cumplir cada una de las promesas que hice.
Perdonarte, perdonarme, no soy culpable de esto... ni él tampoco...
Tengo que perdonarme para dejarle ir, tengo que perdonarme para poder seguir, para poder despertar, cuando me perdone mi corazón será libre, y volará, volará tan alto que alcanzará la felicidad, así que...
Recuerda que perdonarte te salva del peor de los miedos: de tus promesas no cumplidas.
Te salva de ti mismo.
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